¿Te imaginas una superficie verde que recubriera todo un edificio? Existe. Se trata del Palacio de Congresos y Exposiciones Europa de Vitoria-Gasteiz. 

Vitoria-Gasteiz es un importante destino para realizar congresos. Su posición estratégica, sus infraestructuras y su cercanía con otras capitales lo corroboran. Fue galardonada con el título European Green Capital por sus paseos del anillo verde. Por ello, su Palacio de Congresos luce en sintonía con este premio.

El edificio se inauguró en 1989 y se remodeló en 2015, convirtiéndose en icono de la arquitectura sostenible. Su fachada vegetal tiene una superficie total de 1.492 m², de los cuales 1.000 m2 son jardín vertical del sistema F+P hidropónico. Además, 492 m2 son de plantas trepadoras que cubren los ventanales. Para su plantación se utilizaron más de 33.000 plantas de diversas variedades autóctonas de la zona del País Vasco.

Características de la fachada verde

En el centro de la fachada, los perfiles de aluminio reproducen la estructura de las parcelas del campo de Álava. Dentro de ese espacio, hay una zona destinada a un huerto vertical donde se plantan distintas especies de huerta según la estación del año.

En la base del jardín se sitúa un zócalo de acero retroiluminado, en el cual se encuentra una explicación de los ecosistemas del jardín vertical y las especies vegetales que lo conforman. El 97% de las especies utilizadas en el jardín son autóctonas, muchas de ellas endémicas de Álava. Se trata así del primer jardín vertical que reproduce ecosistemas autóctonos de la zona donde se ubica.

Entre las especies utilizadas para configurar la fachada encontramos Scirpoides holoschoenus, Cyperus longus, Carex mairii, Juncus maritimus, Juncus acutus, Cirsium monspessulanun, Tetragonolobus maritimus, Lysimachia ephemerum…

La integración de espacios verdes en el tejido urbano ha hecho que Vitoria-Gasteiz haya sido reconocida internacionalmente por una importante biodiversidad. Además, esta fachada vegetal del Palacio de Congresos ha reducido el consumo energético, lo que se traduce en un 270% más de aislamiento sobre la fachada ya existente, con el consiguiente ahorro energético.